martes, 17 de febrero de 2009

Jornada del día 14 de febrero.

Crónica de la mañana.

Nos reunimos todos los asistente prácticamente en el huerto a partir de las nueve y media de la mañana.


La mañana estaba algo fresca en principio porque había helado un poco pero según subía el sol en el horizonte ascendía también la temperatura en el ambiente.

El primer trabajo que realizamos fue extender el estiércol traído días anteriores por el terreno que íbamos a cultivar, para ello utilizamos dos carretillas con dos personas llenando cada una de ellas y fuimos haciendo pequeños montones en el terreno mientras otras dos personas con sendos rastrillos lo extendían. Al ser 7 las personas que estábamos en el huerto el trabajo fue rápido, bastante más de lo esperado y para nosotros dejó de hacer frío bastante pronto.

Llegó Toño con sus gemelos y se quedo a cargo de quemar los dos ribazos laterales del huerto, había bastante hierba verde y la quema solo fue parcial pero a pesar de todo quedó bastante limpio. Para proceder a la quema teníamos el correspondiente permiso del forestal de la zona.

El resto mientras tanto nos fuimos al cañal cercano (unos 300 metros) a cortar una parte de la gran cantidad de cañas que vamos a necesitar, mientras unos las cortaban en cuña por su base otros las sacaban al camino y otro grupo cortaban las puntas a cierta medida y hacían fajos de unas 25. Mientras la gente se quedaba trabajando me fui a por el tractor para roturar la parte ya abonada y preparar una franja para plantar este próximo sábado alguna planta o simiente (borraja, habas, lechugas, ajos y bisaltos).


Cuando volvía con el tractor me encontré un enorme montón de cañas ya preparadas, realmente con gente bien organizada el trabajo se ve y se realiza muy pronto, porque calculo que se cortarían unas 450 cañas aproximadamente. Creo que con 150 más será suficiente este año. Hay que indicar que todos los que manejaban las cañas llevaban gafas protectoras por el peligro que conlleva para los ojos un golpe y además dejamos la zona limpia de residuos para evitar que la acequia que por allí pasa se pudiera entrampar con estos restos.

Cortadas las cañas las dejamos preparadas para cargarlas en el remolque y nos fuimos todos a labrar un poco el terreno, probaron unos cuantos a manejar el pequeño tractor Pasquali pero resultó una tarea complicada para la mayoría, más de lo esperado, espero que poco a poco se vaya cogiendo soltura y confianza con los útiles y maquinaria. Cerca de las dos de la tarde se marchaban los últimos a comer.




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